Que la educación en el país registra los
peores índices de calidad y los más altos costos
del mundo para los educandos, es un panorama
respaldado por las cifras y un categórico
diagnóstico que da fundamento al movimiento estudiantil en curso.
Sin embargo, las investigaciones en la materia anticipan que,
lejos de tocar fondo, el modelo de aprendizaje discriminatorio y
mediocre que corre por cuenta de la institucionalidad seguirá
desafiando la capacidad de asombro. En efecto, la municipalización
de los colegios no sólo intensificó la debacle en materia de
resultados académicos, sino que también introdujo en su seno la
estructura de desigualdad que ha llevado al Estado chileno a los más
impresentables lugares en el ranking internacional. Un nuevo análisis
sobre el particular, a cargo de la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económico (OCDE), indica que el grado de
segregación que promueve el modelo en Chile es tal, que en la sala
de clases de las escuelas la varianza socioeconómica entre los
estudiantes de menor y mayor ingreso constituye la peor del bloque,
quedando bajo el 50%; es decir, unos colegios son para ricos y otros
para pobres, de tal manera que unos y otros educandos no se topen
en el aula. Los números para el país han generado estupor en la
OCDE, donde los establecimientos anotan una varianza
socioeconómica promedio de 75% y que en el caso de Noruega y
Finlandia bordea el 90% (OCDE, Informe sobre el Estado de la
Educación, 13 de septiembre). Que estos dos países sean, además,
los mejor posicionados en materia de resultados educacionales, no es
casual, pues todos los estudios señalan que, dada la brecha de capital
cultural, la inclusión de los distintos segmentos sociales en el aula
favorece el proceso de aprendizaje de los estudiantes más
carenciados. Se trata de consecuencias académicas que nada le
importaron al alcalde de Providencia, Cristián Labbé, cuando decretó
el cierre de la matrícula para menores de comunas modestas
(cooperativa.cl, 23 de septiembre). ¿Por qué una autoridad municipal
tiene en Chile la ley a su favor para seguir profundizando la brecha
social y trasladarla al plano de la educación?
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