Entre las
diversas fórmulas que el neoliberalismo diseña para precarizar el trabajo,
podríamos citar desde el ambiguo concepto de flexibilidad laboral hasta las
flagrantes e institucionalizadas prácticas antisindicales. Esta vez nos referiremos
a la tercerización o outsoucing, que, para efectos prácticos,
significa y acarrea todas aquellas distorsiones y sus nefastos efectos que
traen consigo tanto la subcontratación como la externalización en el proceso
productivo.
Según el
informe “Nearshore Attraction: Latin American Beckons as Global Outsourcing
Destinations”, elaborado por la empresa KPMG International, “Chile es el mejor
país de Latinoamérica para la tercerización”, ocupando el primer lugar en el
ranking (biobiochile.cl, 14 de febrero de 2010). Esta posición fue aplaudida por
el entonces diputado PPD Eugenio Tuma, miembro de la Comisión de Economía,
Desarrollo y Fomento de la
Cámara Baja. En consonancia con la opinión de la clase
política en materia de desarrollo, la
Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP, Ley 20.248, del 1
de febrero de 2008), promulgada bajo el gobierno de Michelle Bachelet, no podía
quedar rezagada de esta lógica.
El brazo
operativo de la SEP
está a cargo de la
Asistencia Técnica Educativa (ATE) que, desde el sector
privado, asume la tutela de las áreas de gestión curricular, de liderazgo, de
convivencia escolar y de gestión de recursos, reforzando el rol gerencial de
directivos y marginando la voz de los docentes, quienes consideran que las
metas son impuestas por la ATE
sin atender al contexto (Revista Docencia, n° 41, agosto de 2010).
Entregada
así la educación a terceros, Chile da otro gran salto hacia la consolidación
del modelo que privatiza definitivamente todos los ámbitos de la enseñanza,
porque, claro está, estos nuevos recursos humanos y pecuniarios están siendo
administrados por particulares. De más está decir que los dineros los aporta el
Estado y, como era de suponer, la malversación de fondos ya fue objeto de
preocupación de la
Contraloría General de la República , que reveló, a
través de un informe del Centro de Investigación Periodística (CIPER) que entre
enero de 2010 y junio de 2011 más de 25 mil millones de pesos no habían sido
rendidos por parte de los 105 municipios pesquisados (biobiochile.cl,, 28 de mayo
de 2012). La misma fuente señala que, a la fecha, algunos colegios son
beneficiarios de la SEP
aun cuando han sido cerrados. Pero
eso no es todo, porque al menos ocho ATE recibieron entre 2008 y 2010 unos
$800.000.000 por prestar asesoría a establecimientos educacionales de los que,
o eran propietarias, o mantenían con ellos directa relación. Estos son:
Corporación Aprender, Gestión Educacional Ltda., Innovación Tres, Grupo
Educativo, Fundación Educacional Gabriela Mistral, Fe y Alegría, Rotekap y
Astoreca (La Tercera ,
17 de julio de 2012).
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“La clase trabajadora debe despertar de
este letargo”
Clotario Blest
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