La historia de la astrofísica
moderna era el tema que convocaba a cientos de personas en las
dependencias del ex Congreso Nacional, en Santiago, el pasado 26 de
junio. La ocasión aparecía peculiarmente especial para abordar el
tema, ya que el orador principal de la jornada era nada menos que
Brian Schmidt, destacado científico estadounidense y ganador del
Premio Nobel de Física 2011. El investigador, galardonado el año
pasado por establecer que la expansión del universo incrementa su
velocidad de manera proporcional a la distancia que toma del centro,
dedicó toda la última parte de su intervención a plantear ejes
estratégicos para el futuro de la actividad científica.
En ese
marco, y aunque muchos personeros oficialistas presentes esperaban
que hasta las últimas palabras del académico estuviesen dedicadas a
las partículas celestes, sus rostros se desdibujaron cuando Schmidt
desplegó sobre una gran pantalla las patéticas cifras de la
educación en Chile, al tiempo que las comparó con las del resto del
mundo. “La
educación, de acuerdo a la OCDE,
es la mejor manera de permitir que los países crezcan sin importar
los avatares económicos del mundo. Para mí,
Australia
y Chile
están viviendo un período donde ambos se benefician del boom de los
commodities
mineros y es muy importante que el país invierta sus ganancias en
educación e
investigación,
que va permitir crecimiento aún cuando termine el boom de estos
recursos”, señaló,
dejando absolutamente en claro que sería imposible admirarse de
grandes hallazgos astronómicos si las sociedades no priorizaran los
procesos educativos (lanacion.cl, 26 de junio). Para colmo del
MINEDUC, el físico remarcó el abismo que separa, en materia de
resultados, a Chile y Singapur, a favor del segundo país y asociando
explícitamente esa diferencia a la dimensión de las políticas
desarrolladas en el sector público. “Si quieres que la educación
alcance a todos lados, tiene que ser altamente fundamentada en el
nivel público”, declaró,
apuntando, además, que “un
país no se puede privar de educar a todos sus ciudadanos, porque
está construido sobre sus ciudadanos”.
A esas
alturas de la exposición, si a alguien le cabía alguna duda sobre
el grado de conocimiento que tenía Schmidt sobre la situación local
en materia de enseñanza, aquélla iba a disiparse cuando el
expositor remató cuestionando frontalmente el modelo de educación
municipalizada que rige las escuelas y, particularmente, los
mecanismos de selección que se emplean para segregar y marginar cada
vez más a la población estudiantil. “Es la exclusión lo
que genera menos beneficios que si eres inclusivo. Es importante que
todos tengan las oportunidades. Si tienes escuelas que seleccionan,
con sólo buenos estudiantes, vas a tener otras con malos
estudiantes. Y esto tiene consecuencias económicas. Creo que hay
muchas oportunidades, pero lo que trae la prosperidad a la mayoría
es tener a toda la población bien educada”, concluyó.
Por otra parte, la presencia
en Chile de físicos de la estatura de Brian Schmidt es de honda
significación en estos días, cuando la comunidad científica acaba
de anunciar la identificación de lo que desde 1964 la teoría conoce
como el “Bosón de Higgs”, es decir, la estructura asociada al
origen de la masa de las partículas elementales. Se trata de la idea
planteada hace casi medio siglo por Peter Higgs y que ahora llevó a
Stephen Hawking a admitir un nuevo error en sus planteamientos. Es de
esperar que el espíritu de Schmidt y Hawking contagie en algo a
nuestras autoridades.
“Me
apoderaré del destino tomándolo por
el cuello.
No
me dominará”
Ludwig
van Beethoven
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