miércoles, 18 de julio de 2012

Mineduc Precariza Enseñanza Prebásica y Da Nuevo Impulso al Lucro


En lo que constituye uno de los golpes más duros dados recientemente por el Ministerio de Educación, la cartera que encabeza Harald Beyer ha modificado unilateralmente las normas exigibles a las instituciones que imparten enseñanza prebásica, precarizando aún más las condiciones en que se desarrolla allí el proceso lectivo. Se trata del ya tristemente célebre Decreto 315 (ver imagen inferior), que reglamenta requisitos de adquisición, mantención y pérdida del reconocimiento oficial del Estado a los establecimientos de educación parvularia, básica y media del país.
Dicho decreto, que permite a las entidades de formación prebásica operar como empresas privadas, fue modificado el 18 de mayo último sin mediar aviso ni debate con las partes perjudicadas con la medida. El reglamento, una suerte de hoja de ruta para lucrar en el sector educativo, es bastante ambiguo a la hora de exigir requisitos académico-programáticos para la apertura de establecimientos que reciben a los párvulos, pero muy explícito, en cambio, para advertir a los ciudadanos que, en realidad, es la capacidad de pago la que brinda a cada empresario el derecho a ser habilitado como “sostenedor”. Así las cosas, la tan manoseada “libertad de enseñanza” queda nítidamente reducida, en su Artículo 14°, a una relación directa entre la “matrícula proyectada” y el “monto a acreditar”, de suerte que, si la estimación arroja el número de 100 educandos, el empresario deberá acreditar un monto de 200 unidades de fomento y, si se trata de más de 600 párvulos, habrá que exhibir una chequera por al menos 1.400 unidades de fomento.


Pero la reforma introducida no sólo eterniza tales “exigencias”, sino que incorpora un nuevo mecanismo para elevar las utilidades de los dueños de la educación: suprime la figura del funcionario auxiliar de aseo, de modo que ahora a los educadores de párvulos el patrón les podrá exigir funciones extracurriculares, mientras la atención de menores se ve reducida. “Nos preocupa este decreto en relación a cómo se rebajan los coeficientes relacionados con la atención de nuestros niños en nuestros jardines. Creemos, como asociación, que debiese existir una política de Estado, que no debiese responder  a los gobiernos de turno, en relación a la educación inicial”, señaló al respecto APROJUNJI, asociación que reúne a trabajadores de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI). En tanto, la presidenta del Colegio de Educadores de Párvulo, Soledad Rayo, manifestó que “necesitamos que este decreto sea modificado, de tal manera que los técnicos en párvulos den la seguridad de la atención de los niños” (radio.uchile.cl, 9 de julio).
En realidad, lo que como sociedad necesitamos es que una dimensión tan sensible, estratégica y esencial del aprendizaje, como es el nivel prebásico, salga de una vez por todas de los pasillos de la letra chica de un decreto que cada autoridad modifica en silencio y a su antojo. Lo que con urgencia requerimos es que tales disposiciones se conviertan en materia de ley y que, de manera transparente e informada, sea el conjunto de la ciudadanía la que dé curso al profundo debate que al que está llamada, para que nunca más la educación parvularia, con la que tantos personeros hacen gárgaras, quede subordinada a la agenda de los grupos de interés cuyo nivel de lucro aumenta de manera directamente proporcional al grado en que reducen a los profesores a una condición de cuidadores que, además de rentable para los poseedores, sienta las bases del régimen policial que, en tanto educandos, nos impide ejercer el oficio ciudadano.

 “¡La hemos vuelto a hallar! 
                             ¿Qué? La eternidad...
                                                Es la mar mezclada con el sol”



                                       Arthur Rimbaud

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